Querer es para valientes
7.000 millones y medio de personas en el mundo y os encontráis. Sois muy afortunados, ¿no creéis?
Vosotros, que habéis decidido emprender este camino juntos. Para ti, que has decidido dejar de buscar porque quien tienes delante es todo lo que necesitas. Esx amigx, compañerx, pareja, confidente y testigo de tus locuras. Qué suerte la tuya. Y por si fuera poco, te comprometes a decírselo al mundo entero. Te permites el lujo de organizar durante un año, un día mágico. Porque necesitas chillarlo alto; porque eso es lo que hacen los valientes.
Yo soy fan de los valientes. Cuando entro en un bar los identifico. Veo quien se sienta al lado de su pareja y la admira con solo mirarla. Veo también aquellos que acaban de empezar y le presentan a toda su familia con una ilusión infinita y esperando la aprobación de los más exigentes. Veo los que se sientan cara a cara y se enfadan; y se reconcilian; y se enfadan; y al final, se besan. Son unos valientes. También me gustan aquellos que se dan la mano por la calle. Porque no es necesario, pero es agradable. Es una forma de demostrar que caminan juntos.
Y es que hoy en día falta un poco de esa valentía y sobra un poco de esa cobardía que se esconde tras las pantallas. Porque todos sabemos que ser valiente no es tarea fácil. Y puede doler. A veces, mucho. Por eso es de admirar.
También he conocido a personas que han sido valientes más de una vez. Han conocido la parte más bonita y gratificante de la valentía, pero también la más dura y dolorosa. Pero aún así, no se han rendido. Después de duras situaciones, se han levantado para volver a ser unos valientes.
Y es que la vida te pone delante personas increíbles. Y tu eres quien decide si te unes a la lucha y la consigues o dejas pasar la oportunidad. Y si la coges, te espera un viaje increíble. Porque lo mejor de ser un valiente es que la vida te lo recompensa. Pasan 10, 25, 40, 50 años y miras lo que has conseguido; un sinfín de memorias, una familia que no para de crecer, unos recuerdos insuperables y un cómplice a tu lado. Supongo que es entonces cuando te das cuenta que ha valido la pena.
Tengo que decir que también he conocido a valientes, muy valientes, que han perdido. Porque no siempre se gana. Pero como dicen los sabios, si no se gana, se aprende.
¿Sabéis qué? Yo de mayor quiero ser valiente.