La leyenda del hilo rojo
Es muy probable que hayas oído hablar sobre la leyenda del hilo rojo. Se puede explicar de miles de maneras diferentes, con cientos de referencias distintas, pero siempre con el mismo significado, la unión. Si no sabes de qué te estamos hablando, no te preocupes, ¡vamos a ello!
La leyenda del hilo rojo de origen japonés cuenta que hay personas destinadas a conocerse unidas por un invisible y característico hilo rojo. No importa qué lejos estén ni cuánto tiempo pase. Las personas destinadas a encontrarse, lo harán.
Puede que sea una forma de dar explicación a cómo una pareja logró encontrarse aunque los más haters dirán que es la manera más cómoda de dejar que el destino haga su tarea sin tener que mover ficha. Sea como sea, esta historia habla de unión, de almas gemelas y de amor. Algo que, tratándose de alianzas, no podemos negar que despierta nuestro interés. Eso sí, no debemos reducir esta leyenda a historias de pareja. También se cree que el hilo rojo conecta a personas que deben estar unidas y que, por circunstancias varias, todavía no lo están: una madre/padre adoptivo con sus hijos, mejores amigas… etc.
Si tienes curiosidad en conocer una de las leyendas más famosas que ha sido compartida en cuanto al hilo rojo, te invitamos a leer la siguiente historia.
“Hace mucho mucho tiempo, un emperador se enteró de que en una de las provincias de su reino vivía una bruja muy poderosa, quien tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino y la mandó traer ante su presencia. Cuando la bruja llegó, el emperador le ordenó que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado al meñique y lo llevara ante la que sería su esposa.
La bruja accedió a esta petición y comenzó a seguir y seguir el hilo. Esta búsqueda los llevó hasta un mercado, en donde una pobre campesina con una bebé en los brazos ofrecía sus productos. Al llegar hasta donde estaba esta campesina, se detuvo frente a ella y la invitó a ponerse de pie. Hizo que el joven emperador se acercara y le dijo: «Aquí termina tu hilo», pero al escuchar esto el emperador enfureció, creyendo que era una burla de la bruja. Este empujó a la campesina que aún llevaba a su pequeña bebé en brazos y la hizo caer, haciendo que la bebé se hiciera una gran herida en la frente. Luego, ordenó a sus guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la cabeza.
Muchos años después, llegó el momento en que este emperador debía casarse y su corte le recomendó que lo mejor era que desposara a la hija de un general muy poderoso. Aceptó y llegó el día de la boda. Y en el momento de ver por primera vez la cara de su esposa, la cual entró al templo con un hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente… Al levantárselo, vio que ese hermoso rostro tenía una cicatriz muy peculiar en la frente.”
¿Te ha gustado? Puedes agenciarte esta leyenda por un rato y hacerla vuestra. Aprovecha el día de vuestra boda y comparte con todos los invitados vuestra historia: cuál fue el momento en que el destino (o el hilo rojo) os unió e iniciasteis el viaje de pareja. Podéis representarlo con un hilo rojo y crear un momento divertido y un tanto original.